Rapidez. Ese es el símbolo de nuestros tiempos. Lo queremos todo. Pero, sobre todo, lo queremos rápido. Comida rápida, ropa barata, compras en un clic… STOP. Tenemos que parar, desconectar y pensar.
Así es como nace el concepto SLOW y, centrándonos en la industria de la moda, el término SLOW FASHION en contraposición al FAST FASHION.
Slow fashion, mucho más que moda
La SLOW FASHION apuesta por la fabricación de prendas de vestir de mayor calidad y duración, respetando a las personas, el medio ambiente y los animales. Suele involucrar a artesanos locales y el uso de materiales eco para preservar la artesanía y el medio ambiente. Y depende de los productores. Pero también de los consumidores. En nuestra mano está elegir productos sostenibles, eco, en limitar nuestras compras, en revisar las etiquetas de las prendas, en utilizar detergentes ecológicos respetuosos con el planeta que contribuyan a alargar la vida de la ropa como Washaby, o en reutilizar prendas de temporadas pasadas.
SLOW FASHION ❤️ SLOW LIFE
No, no se trata irse a vivir al campo, vestir como un leñador y emular a Gretha Thunberg. Nuestros referentes pueden ser Emma Watson, Stella McCartney o Gwyneth Paltrow, auténticas celebridades, glamurosas y estupendas, pero también aguerridas defensoras de la moda lenta, sostenible, eco, verde y ética.
Y es que lo cool ya no es estrenar cada semana una pieza de ropa nueva. Lo realmente atractivo es recuperar una prenda del año pasado -o de hace 10 años- darle un toque personal y conseguir un look único.
Ideas que lo cambian todo: el upcycling
Hay ideas que inspiran, que revolucionan, que lo cambian todo. El upcycling es una de ellas. ¿Que qué significa? El upcycling es recuperar esa chaqueta tan chula que tu madre se ponía en los 80, darle un toque personal (a veces solo es necesario cambiar los botones o combinarla con unos tejanos rotos) y que todos se enamoren de ella.
Pero el upcycling también es algo tan sencillo como convertir una lata de conservas en un macetero superchulo, único y, además, sostenible. O hacerte un exfoliante corporal natural con los restos del poso del café de la cafetera. La fórmula sería más o menos así:
objeto o ingrediente + creatividad = algo único
¿para tirar? ¡al poder! (e increíble)
Realmente, se trata de respetar el planeta con formas de producción sostenibles, éticas y transparentes. Porque reciclar está muy bien, pero suprarreciclar (también se llama así) ¡es otro nivel!
Mercados de segunda mano: el éxito de la conciencia sostenible
Porque tienes conciencia eco, porque te gusta la ropa de marca pero la de temporada es demasiado cara, porque te gustan las prendas con historia, porque te encanta transformar la ropa, porque crees en la economía circular, porque te encanta la moda vintage… Los prejuicios hacia la ropa de segunda mano han pasado a la historia y hoy hay tantos motivos para visitar un mercado de segunda mano online o físico, como posibles compradores.
Los datos así lo atestiguan: el mercado de la segunda mano está experimentando un crecimiento exponencial. El pasado marzo El País publicaba que el mercado de la moda de segunda mano generó más de 104 millones de euros en 2021, observando un crecimiento del 61,2 % en ese año respecto al año anterior.
El éxito de los mercados de segunda mano es en realidad el éxito de un cambio de mentalidad basado en una conciencia creciente (e imparable) de cómo y qué consumimos, de la importancia de la sostenibilidad y de la necesidad de anteponer el planeta a nuestras necesidades inmediatas.
En Barcelona, entre otros, tenemos el Flea Market y, en Madrid, el Lost & Found Market. Aunque cada vez hay más y es probable que tengas una tienda de ropa de segunda mano más cerca de lo que imaginas. En la red, también puedes disfrutar del Asos Market Place o de Vestiaire Collective. ¿Lo mejor de ambas opciones? Que tanto en el mercadillo físico como online puedes perderte, encontrar, vender y disfrutar sabiendo que, además, estás contribuyendo al bienestar del planeta.