¿Crees que el agua embotellada es más saludable que la del grifo? Piénsalo dos veces. A pesar de la percepción general, la evidencia científica sugiere todo lo contrario.
Un mar de plástico
La producción masiva de botellas de plástico ha generado una crisis ambiental sin precedentes. Millones de toneladas de plástico terminan en nuestros océanos cada año, fragmentándose en microplásticos que contaminan los ecosistemas marinos y, en última instancia, nuestra cadena alimentaria.
Cada año unas 8 millones de toneladas de residuos plásticos terminen en el océano, un 12% de las cuales son botellas.
Más allá del plástico: riesgos para la salud
Además de la contaminación por plástico, estudios han detectado en el agua embotellada una amplia gama de sustancias químicas, como el bisfenol A (BPA), que se han relacionado con problemas de salud a largo plazo.
Varios estudios estiman que entre el 10 y el 78% de las muestras de agua embotellada contienen estas sustancias tóxicas.
Aunque el agua del grifo está sometida a rigurosos controles de calidad en muchos países, el agua embotellada puede contener niveles más altos de contaminantes debido a una menor regulación.
Un impacto ecológico devastador
El consumo de agua embotellada ha aumentado cada vez más. Se calcula que cada minuto se vende un millón de botellas de plástico en el mundo.
La producción de botellas de plástico requiere una gran cantidad de energía y recursos naturales, contribuyendo al cambio climático y al agotamiento de los acuíferos. Además, el transporte de agua embotellada a grandes distancias genera emisiones de gases de efecto invernadero.
Una botella de plástico tarda aproximadamente 450 años en descomponerse por completo, aunque esta cifra puede alcanzar incluso los 1.000 años si la botella en cuestión no está a la intemperie.
¿Qué podemos hacer?
Reducir nuestro consumo de agua embotellada es una de las acciones más sencillas que podemos tomar para proteger el medio ambiente y nuestra salud. Opta por rellenar una botella reutilizable con agua del grifo, que en la mayoría de los países es segura para el consumo humano.
En resumen
El agua embotellada es una solución innecesaria y perjudicial tanto para el planeta como para nuestra salud. Es hora de desmitificar la idea de que el agua embotellada es superior al agua del grifo y de adoptar hábitos de consumo más sostenibles.
Fuente: National Geographic